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Poemas Grito de Mujer 2017 Córdoba España








Gema Albornoz



Mi Corro de Muñecas


CIENTO tres minutos
y señalas a alguien más.
Gira una vuelta
mi corro de muñecas.
Tanya llega primero.
Salta alcanzada por el brazo.
Grita fuerte. ¡Se ha salvado!
Asadullah la acompaña.
Da botes a pata coja,
mientras su capa de tela
va con ella, cortando el viento.
Luisa, la más pequeña,
se sube en ella, quiere volar,
quiere descubrir más allá.
Tararea una canción
durante cinco segundos.
Los mismos que Guadalupe
Mantiene su brinco en la cuerda,
suspendido.
Carolina, Milagros y Micaela
saltan alternando un pie.
Tienen el cielo en el suelo,
mientras patean una piedra,
sus pies al mando
y Don Cortázar observando.
No he dicho ningún apellido.
Era mi corrillo. Mis juguetes cercanos.
Vosotros, cuando se apague mi voz,
ya los habréis olvidado.





María Dolores Almeida


Mientras asoma el sol 


Y ESTAMOS así sin intención alguna
y caminamos bolsillos en las manos
y estamos en silencio o comentamos
los últimos titulares de la vida
y un poco más allá se nos congela el frío
y no podemos seguir al río por la orilla
y tenemos cerca una cafetería
y hay un músico pobre y desganado
que interpreta una canción de amor
sobre la acera manchada de resina
y el vaho de nuestro aliento nos convoca
y calentamos las manos alrededor de la taza
de café, y nos miramos,
y una cosa sin querer nos lleva a otra…

…no estábamos lejos de ninguna parte
y teníamos la curiosidad de nuestro lado.






Valeria Arredondo


Grita Mujer 


CON UNA BOCANADA de aire,
tomando impulso hacia el interior,
acomodando tus cuerdas vocales en su tono más agudo
y en una exhalación constante vaciando tu dolor…
¡Grita mujer!

Da igual si tienes dos torres por piernas o un par de ruedas,
da igual si eres rubia, morena o pelirroja,
o si un rosado pañuelo cubre tu calva.
Da igual…

Porque no importa si un mono de albañil es tu más femenino vestuario,
o si una minifalda tapa ese pene que no sientes tuyo.
Porque eres mujer,
en una de sus tantas formas.
¡Grita!

Grita en mayúsculas,
en minúsculas,
en braille, o en lenguaje de signos.
Hazlo en inglés, en francés, en español,
o en tu dialecto indígena.
¡Grita!

Grita agitando una alambrada…
Grita hacinada en una barca cruzando el estrecho…
Grita ante un puño cerrado acechando tu cuerpo…

Que sea tu himno con su propia rima,
si lo prefieres…
Porque no es ni más ni menos,
que “ni una menos”.
Porque estamos aquí para sumar,
o quizás para multiplicar.
Con nuestro vientre si así quieres verlo,
o nuestras manos que abrazan,
que enseñan,
que cuidan.
¡Grita!

Con una mujer a tu lado que te haya robado el corazón,
o con un hombre que solo utilice su voz para gritarte un
“Te amo”.
O quizás sola,
por elección propia.

Grita por tus tierras ancestrales,
o tu adopción por parte de un país extranjero.
Con una tiara de diamantes sobre tu cabeza,
un bastón presidencial,
un bolígrafo,
un estetoscopio
o un cucharón entre tus manos.
¡Grita!
Porque eres la reina y ama de tu vida.

Hazlo con fe,
ante la Biblia,
el Corán,
la Torá,
o ante la Pacha Mama.
En chándal,
con hábito,
con burka,
o con tus pechos desnudos en un parque mientras amamantas a tu bebé.
¡Grita!

Porque lo único que tienes son tus palabras,
escritas,
narradas,
o mejor aún,
gritadas.
Ese es tu derecho.

Nacimos haciéndolo
mientras nuestras madres lloraban de emoción.
No permitas que ni la vida, ni la muerte,
te lleven en silencio…

Porque tus gritos se convertirán en trinos de pájaros,
en agua fluyendo por la tierra,
en misiones,
en canciones.
¡Grita!

Porque gracias a todos esos gritos que permanecen en el aire,
hoy todas nosotras,
somos lo que nos legaron,
lo que ellas fueron,
las que ya no están.
Por su memoria y por las que vendrán…
¡Grita mujer!




         

Magdalena Azabal Casares


Mujer guardada


SOMBRA rota
en el armario, guardada,
y entre restos de alcanfor
vida, en trocitos de papel
manchados por el tiempo,
contaban, lo felices,
que iban a ser……
Arrinconados sueños,
y perfilados ojos, tristes,
desamparados.
Todos desconocen.
Rota por la casa
guardada bajo llave,
deseos y mentiras,
desplantes y miedos,
desarticulada en mil pedazos,
mirando por la ventana…



Azrael Adhara


Menina Da Rua


Hoy está lloviendo
y el alquitrán antes reseco,
te devuelve su olor amargo.
Cimbrean cristales rotos,
 el viento se esconde en el miedo
que se aloja en tus ojos negros;
y tú, pequeña puta
ofreces tu sexo por unos
reales que sacien tu hambre.
Ay! menina da rua,
que asco de mundo!, tiemblas…
porque ya conoces el final.
… … …
Y la muerte, se enredó
entre tus rizos y la esquina
donde soñabas otra suerte.





Rosa María  Berlanga


Ojos De Luna  


SE ASOMA al balcón de sus pestañas, un brillo mágico de color de luna, mientras,
sobre su frente nacarada, flota un mechón en azabache bruma y el pañuelo le enjuga
la frente abotargada del peso de la espuma del cántaro preñado y aceituna.

Ya cumplió los diez años y, hace sólo dos meses, el rojo de la vida, desbordado en coágulo de sangre, alcanzó, en la cruceta, su cintura. Un kilómetro de provisión diario
marca la ruta de sus pies descalzos en la busca del agua redentora,

Con la cántara en baile cimbreante sobre su cabecita oscura, que enmarca el firme rostro, va pensando en sus padres que la aman y en su pobreza simple la consienten, le permiten trepar al árbol-ciencia, aunque nació mujer y en una aldea, en el entorno hostil, tosco, latente…

Vida en la limpia choza protegida y su madre riendo, como campana al viento, mientras trenzó su pelo esta mañana en la indigencia dulce, porque tienen visita desde el viento y en sus dos hermanitos que siempre corretean y siempre, dulcemente, siembran sueños.

Flanqueada la puerta de la simple morada, dos hombres sentados sobre el suelo, con el altivo dátil, el té y con las sonrisas, con los gestos manidos, la visita de su primo lejano,
más de 40 años, mirada despejada, próspero negociante, sin familia cercana.

Le sonríen… El padre habla, la señala… La miran… Ella saluda, humilde, bajando la mirada, deja el cántaro lleno y va tras la cortina que protege su cama, tiene que prepararse, la escuela está alejada y sus útiles limpios la quieren preparada. Suave y silenciosa, abandona la casa.

Ella sale. Ese hombre de mirada serena, al fin, también se marcha. Es un hombre ocupado, se acerca se despide y le acaricia la cara. Ella marcha al Colegio feliz, despreocupada, un día más de sueños albergando esperanza, curiosidad de mundos latiéndole en la entraña.

Ha caído la tarde, hora de volver ya. Con sus hermanos ríe mientras corre al entrar. La recibe la madre, brazos de par en par, con la sonrisa franca pero triste mirar. Le habla con ilusión, la dote está en la mesa, hay poco más que hablar… Ha cumplido diez años y ya puede engendrar,

… Y hacia la primavera se tiene que casar!!





María Blanco


Instantes

TE OBSERVO dormir tranquila. 
Mientras tu cabeza sueña sueños posibles
en cuerpos lejanos. 
En otras vidas
que no te tocarán en este presente. 
Te observo feliz porque Pucho,
ese osito medio destartalado que encontramos en aquel basurero,
descansa plácido entre tus manitos. 
Qué ganas de abrazarte y unirme a la oportunidad de cualquiera de tus sueños. 
Pero mejor no interrumpo esa sonrisa de ojitos ciegos: 
pronto el estruendo de esta guerra te despertará
y no seré yo quien robe 
tus mágicos minutos de libertad y futuro. 
Son tuyos, 
te pertenecen. 
Tanto
como la posibilidad de despertar en otra realidad
que no huela a bencina,
dinamita
y miedo. 





Sensi Budia



Manifiesto Maternalista 

A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana,
con un amor que es más grande que yo toda,
que me supera y me envuelve como un océano […].
(Gioconda Belli)



YO QUIERO ser madre
del hijo ensangrentado y entre escombros,
del cosido a balazos; de la lágrima seca,
del grito que arranca el dolor y el desamparo;
de la anciana que muere y se derrama en la silla
de ruedas desgastadas; de la sangre y los miembros
esparcidos por las grietas del suelo,
de la ropa a retazos −girones del silencio−.

Yo quiero ser madre
del que grita –o ya flota− bajo la superficie
del mar; sobre la tierra, sea barro o asfalto.
Antes de enterrarlo bajo mis párpados
o parir a más muertos inocentes,
quiero nacer socorro, acallar los gemidos
de todos nuestros hijos y todas nuestras hijas
con el infinito de la palma de mi mano.
Quiero besar en la frente y la muda garganta
del útero tullido; quiero lamer la pena
del vientre vacío con mi lengua rota; ¡quiero
arrancar de cuajo este muñón llamado Guerra!





Lola Caballero López


 Sintiendo-Muriendo 


  NO HAY NADA que hacer te dices una y otra vez.
   No hay puertas ni rendijas de salida.
   Nadie escucha tu voz.
   El animal fiero te cerca, te huele
   paga el diezmo al clan
   Y eres cárcel por siempre.
    Miras tus manos de casi niña
   que aún jugaba al escondite entre escombros,
    basura, ríos en aguas estancadas.
   Inocencia, risas en hambres, sequias y desolaciones
   Y también el miedo es visitante asiduo en juegos infantiles.
    Ese miedo se cuela y se vislumbra…
    Y no sabes…¡madre acúname en tus brazos!
                                   Y no está la cueva materna
                                   Ay madre cuídame ¿Dónde estás?
                                    Volver…volver a casa…
          Ha llegado el momento, y sabes que no hay nada que hacer.
          La muchedumbre es un asco
         que te revuelve por dentro.
         Animales te cercan y aprisionan
                       Ay madre donde estas ven ven pronto
                       Llévame a casa y cántame  Ay madre
                       No tardes, recógeme de nuevo y llévame a tu cueva
                       De calor y nanas  Ay madre ven ven ya…
      

           Nadie escucha mi voz en mi chabola- tristeza.
                    ¿Donde estáis? amigos de mi calle, Shamir, Huda, Ghada
                    ¡Vamos, venid, venid a buscarme…
                    Corramos veloces, saltemos alambradas,
                   ¿No me oís?... venid pronto que el animal me atrapa

        No hay salida.
       Es libre moneda falsa.
       Yo esclava por siempre.





Lola Callejón Acién


Aullidos De Gatas


LAS GATAS engendran allá por enero sus gritos,
bajo relentes de escarcha.

Ya han parido…,
hembras furiosas de hormonas
que revientan
alaridos de madrugada.
Y era tu mismo clamor de abuela,
tu aullido
en cada uña, en cada pata silenciosa, en cada iris cerrado.
Tu misma queja en diez lamentos,
diez gritos al procrear
 sin haber elegido enero o mayo.

Dicen que los aullidos se multiplican,
que tu rostro está disperso sobre cartografías, atlas lejanos:
Niñas africanas gritando bajo rocíos
que profanan sus cuerpos.
Abuelas de Nepal jóvenes (y ancianas).
Órganos que se desplazan sin pasaporte,
feminicidio en el Nuevo Continente ocupado.

Y dicen que hay lamentos invisibles -diez sordos gritos, abuela-
ahogados bajo coacciones de trata,
transitando fronteras de nieve o granizo
ante indiferencia glacial
y leyes que cierran puertas,
                                -ya cerradas
                                                    entre muros-,
a los vivos que se desplazan.






José L. Campal


Miguel Hernández Nunca Escribió Este Poema y, Sin Embargo, Es Todo Suyo  



EN TI ME PRECIPITO como en la inmensidad
que nunca acaba de cruzar la noche.
Hablo y el corazón me sale en el aliento
cuando se viene y va de la alegría
con un sólido impulso, con una luz suprema
que tiene que acabar en tus entrañas
donde desembocando se unen todas las sangres.

Y no son suficientes tus heridas
ni los besos besados por los besos
donde la vida habita siniestramente sola,
donde el deseo encuentra los ojos y los pierde.
Y no hay espacio para tanta muerte,
y hasta el amor me sabe a cementerio.
Y en el sabor del tiempo queda escrito
que tenemos que hablar de muchas cosas.

Lo que haya de venir, aquí lo espero.



[Aunque el título lo explicita, aclaro que este juego o experimento poético es un ejercicio de llamémoslo "apropiacionismo revertido", consistente en construir un poema "nuevo" tomando los versos de diferentes composiciones del autor en cuestión (en este caso, Miguel Hernández) para armar en un puzle respetuoso y homenajeador, un texto alternativo que pueda funcionar autónomamente y cuya autoría final ni se pervierte ni se oculta. Ilusiona pensar que el poeta (Miguel Hernández, aquí) quizá pudiera haberlo escrito, porque suyos son los versos en su totalidad]





Anabel Caride


Helicópteros



LAS MADRES de los otros compiten el parque,
desconocen la inopia y la sesión más golfa
del cine de su barrio.
Clasifican los tuppers y dominan los nombres de los niños de clase
como si conocieran los afluentes del Tajo.
Atesoran la gama cromática de colores pastel
y no saben de manchas.
Sus hijos no segregan
sudores, mocos verdes ni calzan rodilleras.
Viven en la inocencia vanal
de que el mundo se ordena como hacen la colada.
No sufren desteñidos más que el tiempo
jugando al pilla-pilla con sus vidas de atrezzo.

Las madres de los otros me esquivan cuando intuyen
que soy de la galaxia
de las que nunca encuentran toallitas en el bolso,
un libro de bolsillo tal vez
y eternas ganas de meterme en los charcos;
el fango siempre tira, ya lo enseñara Darwin,
a las chicas de barrio.




María-Dolores Delgado


Sentir De Niña



CON LOS OJOS embelesados
llenos de lagrimas
sin rubor,
acudiendo a esa ¡Niña que ya ha sido!
Volvería a jugar sin tino
Volvería a precipitarme en mis huidas.
Volvería a bajar de puntillas las escaleras.
Volvería a imponer los momentos ya vividos
sobre las actuales realidades.
Volvería   anclarme    en tu puerto de por vida
Volvería a girar la cabeza y buscarte por todas partes
y también giraría toda mi vida.
! Por sentir lo que viví de Niña ¡

Niñas de vida
A esa niña que yo vi en su lecho
Alimentando la vida de esa otra niña
Que ya llevaba dentro.

A esa niña que apenas andaba
y ya le puso ganas a la vida
! caminando, camino del agua ¡

A esa mujer, que no pudo ser niña
El tiempo apremiaba, urgían hechuras
de! recia madera ¡

A esa niña que apenas intuía y ya presagiaba
 en el aire venían en desbandada,
raros vientos
para enfriar su garganta
y acallar sus lamentos

A esa niña que un día soñó y quiso que su soñar
fuera realidad
y busco y busco hasta encontrar su camino

A esa niña, más Niña que nunca
mas niña que en la cuna
A esa que se estremece, unas veces de rabia y otras sonríe
Esta que esto escribe
! Ojalá que estas voces sean solo una ¡

y a quienes ofenden
guardad la lengua no sea que os acoja el desierto







Monica Elisei



Sin Miedo


ACÉRCATE.
Te reconozco.
Ojos negros que sonríen sin vergüenza,
piernas sangrientas por la cobardía de alguien.
Sé quién eres.
Te he visto correr
en una calle que olea de orina y llanto,
te he visto bailar
bajo el peso de una lluvia ligera.
Sé quién eres.
Te llamas Libertad, hija mía.
Acércate.
dame tu mano y olvida el pasado.
Somos dos mujeres sin miedo
en este otro lado del mundo.





Flavia Falquez


La Renuncia
Abadía de Paráclito, octubre 22…


SIEMPRE regresaré al convento, vestiré el hábito y cerraré el postigo. Fuera quedará la vida que durante el día fue mía: el ruido de las calles, los cines vespertinos y algún emparedado de tantos restaurantes recorridos.
Dejaré atrás el peso de la culpa y tu impuesta condición de hereje, mientras la memoria destila alquimias en la resaca de una sábana que nunca supo de pecado. A diferencia de Eloísa acepto el sacrificio como precio al goce de Astrolabio y su anagrama de vidas trastocadas.
Nadie puede escapar a su destino y a la ciega pasión que inventó una ciudad en el centro del mundo. Me prohíbes sufrir y - más aún- hablar de sufrimiento. Cumplo lo pactado pero no podrás callar el grito de la sangre reclamando caricias en la tarde.
No castres tu corazón de Abelardo y tan sólo ámame con mutilada desdicha. Más tarde continuará la impotencia, renunciaremos al mundo y tu escribirás la historia desde la ambigua celda de cualquier esquina.





José Antonio Fernández


Muchacha De La Lluvia



MUCHACHA de la lluvia que humedeces la saliva,
no llores. El aire continúa mudo
a pesar de tanta ceniza suspendida entre la hierba.
No llores por mucha tierra mojada que cubra tus manos.
El agua es pasto aún de las llamas
incluso en aquellos días de nubes desnudando el cielo.
No llores muchacha de la lluvia
por mucho que golpee el viento tu costado. Las calles
aún se derrumban al paso del otoño;
también cuando la música reverbera en los oídos
de quiénes cultivan la melodía de una lágrima
mientras cede el suelo por su propio peso.     
No llores muchacha de la lluvia, y cierra los ojos.
Es de noche y la madrugada tiene contados los días.
Será tal vez mañana, y cuando menos lo esperes
una gota de luz o un mero verso secará de sombras
tus pestañas.





Nieves Fernández Rodríguez


Reencarnación



A UNA NIÑA mariposa o flor…
Me reencarnaré
en una mariposa multicolor
que con diversos tonos
viva el amor,
o en una margarita
que nunca se marchita,
o en un pavo real
que no conoce el mal.

Yo retornaré
al mundo cruel
que la bondad me quita,
al medio ambiente
que turbó mi luz.

Me despojaré
de la claridad,
de la habilidad
para el movimiento.

Y vendré de nuevo
en forma de estreno
ahondaré de lleno
en el sentimiento.
Tendré en cuenta los errores
decisivos de aquel ente,
aparecerán las flores
que cubrirán el presente.





Ana García Briones


A Todas Las Niñas Maltratadas Del Mundo
                                                                        
“No hay barrerra, cerradura ni cerrojos que puedas     imponer a la libertad de mi mente”       
(Virginia Woolf )


TUS OJOS me saben
a desesperanza
a inviernos largos,
a humo denso y oscuro.

Tu historia quebrada
a una espera sin razón
a un largo camino
a un grito ahogado.

Tus desolados silencios
a cielo sin estrellas
al aire embargado
en una tarde gris.

Tu verdad atrincherada
a amaneceres sin luz
a sueños rotos
a voz apagada.

Deseo que tu sonrisa de niña
Ilumine el universo,
sin miedo a la libertad
sin miedo a la soledad.

                ,                               


                               
Maricruz Garrido Linares                                 

Juguete Del Destino

GOZABA del misterio latente de la infancia.
Sonreía a la vida como un cálido abril
antes de que a su pueril y bello cuerpo
lo despojaran trémulo esa noche.
Tenía doce años ¡Ojalá el cielo
la hubiera escuchado!  Pero a su corazón
de nácar le arrancaron de súbito el amor
y se quedó transida, como un astro sin luz.
Se apagó con la aurora, más su mirada
seguía pura como un dulce bálsamo estarcido.
No llegó a saber por qué fue desposada
y por qué alguien llenó sus sueños
de culebras y lirios truncados.
Tan frágil y pequeña, nunca entendió
que hay rosas que florecen muy temprano.






Raquel Gil Espejo


Ángel De Amor


ME ADENTRÉ en tu mirada añil y vi estrías,
trazos desdibujados de una muñeca; ahora rota.
Soledad era tu nombre, tristeza penabas por apellido.
¿Dónde encalló tu sonrisa?
Nacida para vivir y te veo caminar entre tinieblas,
muerta en vida.
Dulce colibrí cuyo canto enmudeció
un amanecer de sueños rotos,
despojándote de tu infancia.
¿Qué fue del rosa que aderezaba tus mejillas?
¿Qué de esos ojitos, antaño estrellas,
y que han ido adquiriendo la funesta tonalidad de la noche?
Corazón marchito es el tuyo,
mancillado por la explotación, la miseria,
el maltrato o por un abuso inhumano.
Hoy, tus raíces se secan.
¡Riégalas, ángel de amor!
Tus alas no aprendieron a volar.
¡Despliégalas! ¡Inténtalo una vez más!
Tu lugar no es la calle, sino las aulas.
¿Quién te dará voz?
¿Quién verá en ti algo más que a una niña esclava?
Resiste, luz de luna.
Aprieta los puños, abraza tu niñez, o lo que de ella quede,
y cúbrete de esperanza.
Alguien ha de dar la cara por ti.
Alguien ha de reaccionar al grito de tu sangre.
¡MUNDO! ¿Te quedaste ciego, sordo y mudo?
No mires hacia otro lado. ¡Lucha por nuestras niñas!






Manuel Guerrero Cabrera

El Número De La Libertad


A Ala Gartner

Los labios cuando besa sus tres sílabas.
JOSÉ FLORENCIO MARTÍNEZ



EN LA PIEL te grabaron
un número que borra
perpetuamente el nombre
por el que te conoces.

El número es entero,
pero te quiebra el alma.

La lucha sin igual
contra el olvido es grito,
arrincona tu nombre
de mujer al recuerdo.
Porque la lucha es siempre
pólvora en la memoria.

Te grabaron un número
y desde entonces bastan
para tus labios besos
de tres sílabas, tres
de toda libertad.





Ana Ibáñez


La Primera Mujer



TE LLAMABAS Esperanza
tenías trece años,
fuiste tal vez una niña feliz
fantaseando entre lápices y juegos,
«a la víbora, víbora
de la mar, de la mar».
O quizás la maquila
te robó tu niñez
de mezquite y huizache.

Y frente a ti siempre,
la frontera,
invisible y cierta
promesa o encrucijada
esbozo de vidas posibles
soledad o misterio.

Ignorabas que un ejército
de desolación e infamia
arrancaría de tu pecho
la flor de tu sangre estremecida,
cercenaría tu piel de mujer recién estrenada,
secaría tu risa.

Mis versos no lograrán
reparar tu inocencia,
solo aspiran
a rescatar tu recuerdo entre las cifras
a hacer mía tu esperanza
que nadie conseguirá ya asesinar.






Julio Jiménez Sánchez


Malala
 Para Malala Yousafzai

Su nombre, Malala,
ha nacido en Pakistán
y lucha por sus derechos
desde tierna edad.

Sus grandes y negros ojos,
escondidos en un hiyab,
su mirada valiente
transmitiendo esperanza total.

Hija de maestro,
en casa respiró igualdad,
esa misma que ahora
le han querido arrebatar.

Una mano cobarde
de los que llaman talibán
con un cruel disparo
la ha querido callar.


¡Unamos nuestras manos,

alcemos nuestras voces!

En todas las lenguas nos haremos escuchar. 



Hoy, y mañana más,

todos somos Malala sin distinción de género,

raza o edad.  








Laura Llera Arnanz


La Niña Sabe 


CUANDO al final de tantos túneles
solo estabas tú
y querías mirar por las mirillas
encontrar ventanas hacia el mar
y solo había espejos
fundido en gris
boca abierta
mucha gente que era nadie
nadie, que era aún más
grande te chocabas desde dentro
moscón ante el cristal
no veías nada y después
de tus cenizas salieron alas
abriste los ojos como un libro
y lo viste todo
claro





Patricia María Luque Pavón


Mujer Sin Aire


ÉRASE mujer sin aire;
fémina inconcusa
de cianuro intravenoso.

Érase dama perennifolia
habituada a inhalar personas.

De esencias insólitas amamantaba sus órganos,
vigorizando su sangre tras pasiones finadas.
Así henchido su cuerpo entero persistía
por combustión sin ápice cierto de oxígeno.

A infamaciones abríase su pecho constelado,
alborotador de sinos al alborear el día.
Mujer tan perpetua, tan remembranza,
tan doblegada toda ella en naturaleza finita.

Mujer sin aire, diáspora de exaltaciones,
versículo.

Mujer oasis era aquella.





Yolanda López



Precis  


No me obligues
a estar en corsé encerrada.
No me fuerces
la vida entera y el alma.
No me cortes
mi voz con tus hojas blancas.
No te vengues
de otros en mi persona.
No me robes
la inocencia de mi ropa.
¡No me toques!
Déjame sola en la alcoba.
Que sólo soy una niña,
una pobre niña sola
que no conoce y que teme,
que tiembla como una hoja.
¡Que sólo soy una niña!
¡El alma la tengo rota!





Pedro Javier Martín Pedrós

Lágrimas De Pobres 

El hombre muere en todos aquellos que mantienen silencio ante la tiranía.
(Wole Soyinka)


La sonrisa ahogada en sus ojos
un embarazo de metal frío
y oscuro.
El miedo al precipicio en sus talones.
Lágrimas de pobres en tarros
de perfumes de lujo.
-Nada tiene sentido-
Ellas, dueñas de sus vidas
sin voz,
ellas, niñas de la luz
en la oscuridad más desesperada.
Ellas, niñas del olvido con vergüenzas
escondidas y precios de hojalata.
Hoy os canto con un poema
de esperanza y dignidad
desde estas palabras que sangran
vuestras desdichas.


                       

Yolanda Martínez Aranda


Víctima Y Verdugo

                                               
La vergüenza asegura el silencio
de la inocencia
y proclama la libertad del verdugo.
La mano de quien confía es sucia
y le susurra que nadie la querrá
mientras el sordo sonido del murmullo
rasga su infancia.
Bajo la crueldad de las sábanas
vuelve a ser la niña de labios enjaulados,
de párpados violáceos
y espinas en las manos.






Antonia Maíllo



Niña

Dolor de plata, izado pequeño,
disperso en el aire, gaviota futura
llamada a florecer en fría nieve.
Tienen sus alas los pétalos rotos,
bajo la luz de un mediodía de cristal.  
Muñeca de porcelana, su caída duele,
detiene el agua con sus frágiles manos,
criatura invisible, esencia de rosa,
el cielo te abre su mar muy tarde,
no te eleva a sus orillas con arrullo,
respiras el pálpito de la música,
majestad del alma de la fuente.
Sera tu destino el porvenir miedo,
color de sed en la sangre de la luna,
cuando los glaciares besan el poniente,
gélido, temible sin recatos piadosos.
Sin barrotes será tu cárcel de cuna
en los ilógicos climas del orbe.

Tus murmullos silencios corales,
niña, acaricias en su lienzo de mármol,
viendo cómo se alejan las margaritas
de tu campo de flores en ciernes,
en el amanecer de tus ojos asfixiado,
de altos sueños de densa arboleda.
Tú, mi dulce niña sin reproche al golpe,
asustada de la belleza y su milagro,
escribes incógnitos viajes al mañana.
Una emoción desconocida celeste,
te ampara ante la hiel de la sinrazón
que te dan a beber cada alborada.
No me quieras, tan pronto, ser,
pájaro que con su aterido vuelo
intenta doblegarse a la madrugada,
pasear su noche oscura de muerte,
una liberación de la vida prisión,
sin rejas, en tu inocencia mancillada. 





Josefina Martos Peregrín

    
Tejedora De Sombras


Tejedora de sombras
que conviertes la piedra en nido,
el invierno en refugio,
el verano en promesa.

Que transmutas la paja en oro,
la lana en abrigo,
la rama en fuego.

Tejedora de sombras
condenada a la sombra:
No dejes
que te roben
la primavera.






Carmina Masoliver




Monkey Bars
First published in ‘Popshot Magazine’



I swing on monkey bars
and hang off primary coloured climbing frames,
where bare legs endure
no more than grazed knees.

They try to tie me into a skirt-suit,
paint on glossy black tights,
tell me to keep court heels tucked into my bag,
and wear trainers for the commute,

but I press my foot down,
push myself up to vertical,
hook my leg around a pole
and hang.

My body turned like an hourglass,
blood rushes to my head.
To let go as I hold on
comes as easily as breathing in and out.

My legs may be bare, may be bruised,
but they are strong, with this metal are one,
so don't watch waiting for me to fall,
petal, move along.

I may be grown up now,
but I'm still up-side-down
and holding on.




Barras Para Monos
(Traducción del Inglés por Jael Uribe)


ME COLUMPIO en barras para monos
y descuelgo los marcos coloridos para escalar,
donde las piernas desnudas
soportan no más de una raspadura en las rodillas.

Tratan de vestirme con un traje de falda
en ajustadas medias negras satinadas,
me dicen que guarde los tacones en el bolso
y que use tenis para el trayecto,

pero aprieto mis pies hacia abajo
me coloco en vertical
enganchando mi pierna alrededor del palo
y me descuelgo.

Mi cuerpo convertido en un reloj de arena,
la sangre elevándose a mi cabeza.
Dejarme llevar mientras me sostengo
es tan fácil como respirar.

Mis piernas podrían estar desnudas, podrían estar heridas,
Pero son fuertes, unas con el metal,
así que no esperes que caiga, 
como pétalo, removido.

Puede que sea adulta ahora,
Pero me sigo moviendo de arriba para abajo
y me mantengo firme.







María Del Mar Mir


No Me Vale



PORQUE lo digo yo,
no me vale,
no me vale ser niña etiquetada,
ser vendida ni que den dotes por mi persona,
no me vale una infancia cruel,
no me valen las palizas,
 y tampoco que me ponga la mano encima un adulto.
No llores, es fragilidad,
no me valen creencias limitantes en mi infancia,
soy una niña de igual valor que un niño,
esta sociedad me cataloga,
el mundo está bocabajo,
tengo derecho a jugar con balones,
coches, tractores, parkings,
tengo derecho a divertirme,
hacer todos los deportes que me gusten,
no tengo porque vestir de rosa.          
No me toques la boca,
ni tan siquiera un dedo toque mi piel,
te doy una patada donde más duele,
araño, muerdo, grito,
¡ te quieres enterar, soy una niña!. ¡Suéltame!
Necesito crecer en armonía y cariño
con formación para andar por la vida,
ante la crueldad,
necesito un techo, comer, medicamentos,
médicos, ayudas sociales para que tanta discriminación
no exista en el mundo.     
no tengo porque vestir de rosa.          
No me toques la boca,
ni tan siquiera un dedo toque mi piel,






Manuel Molina


Puedo Escribir Los Versos Más Tristes Esta Noche (Y No Por Desamor) 


I

¿DÓNDE están las calles para jugar?
No me acostumbro a morir cada cierto instante
bajo el peso del universo y su revés
aunque lo peor es morir la primera vez,
la que más hiere, dolor para siempre.
Me arropo con la suciedad del asco,
con la rabia contenida en mis orillas
que se inundan de sudor y babas.
Sabes, me he acostumbrado a morir unos minutos,
a quemar las flores cuando nacen imprevistas,
a buscar como Venus el agua y su oxígeno.
Me convenzo: yo no soy yo, yo soy otra
en el mismo tiempo y en el mismo espacio
con mi dolor reconocido cada segundo de muerte.
Es peor que morir para siempre.
La culpa, el pecado o el destino los ignoro
como ellos a mí (y también a ti en estos asuntos)
yo solo conozco demonios barrigudos y viejos,
dioses olvidadizos de gente como yo.
Sí, la culpa, el pecado, o el destino los ignoro
salvo que sean animales enormes y hediondos,
todo lo contrario de la paz cuando muere el dolor.



II

Nadie me llama por mi nombre,
Nadie me llama puta tampoco.
Chica, pequeña flor, campanilla,
carrito de helado, fresa salvaje,
amorcito y juguete malito.
Soy una máquina, insert coin.
Se repiten
las momias borrachas,
jadeantes osos cavernarios,
buitres de enormes alas,
muertos después de muertos.
Y lo peor: la apariencia de normalidad,
Los trajes, los que huelen muy bien
tan repeinados y amables, al principio.
Todos sobre mí.
Nadie me llama por mi nombre,
Nadie me llama puta tampoco.
Mientras las hormigas muerden mi cintura,
Mientras mi boca recibe las ortigas,
Mientras mis manos recogen peces muertos.
Nadie me llama puta porque sabe mi nombre, otro nombre.
Nadie me llama por mi nombre porque sabe que soy puta.
No sé matarme,
hendir una afilada cuchilla y esperar.
Sé cómo matarme, pero no sé matarme.
También he imaginado, lo reconozco, matarte.


III

Temo al ruido lo mismo que al silencio
del rebaño que pastorea cada noche
Llega el lobo
Chist, chist, eh, tú…debo sonreír y acariciar.
Chist, chist, eh, tú… ¿has hablado con mi perro?
Chist, chist, eh, tú… Yo no toco el dinero lo recoge el pastor.
Nadie me llama puta.
Aprendí muy pronto a ser dos seres,
Y ya es tarde para ser yo, incluso para morir
porque se me ha olvidado el cielo azul.
Y tú ¿me recordarás?  







Antonio Moreno Ayora


 Los Niños De La Guerra 
(29-1-2017)


Fuisteis los niños de la guerra,
expoliados de identidad
y de infancia,
amoratados por el frío y los kilómetros
y sin cobijo ni ciudad.
Fuisteis españoles primero,
helada vuestra sangre allá en la estepa,
y luego ruandeses desquiciados
huyendo de los machetes;
hoy sois sirios, marroquíes, del Turquestán...
Os iguala la pavorosa mirada,
la estupefacción creciente,
la rosa de púas de la concertina
y la inclemente soledad.
Fuisteis, seréis y sois hoy
la prueba más flagrante
de nuestro endurecido corazón.
Ay niños de la guerra:
huyentes, huidos, huidizos;





Pilar Muñoz Aguilar


Aúpa La Mirada


Has brotado de las raíces
de la vida para florecer
en tus sueños.

Que el cielo cárdeno
de los miedos no tropiece
en tus risas.
Aúpa la mirada,
diluye los cíngulos que
golpean tu empeño y
ábrete en libertad al aire
que te debe el tiempo.






A.M. Navajas


Princesa De Neón 



¿Dónde estabas, cuando te tocaba
ser la princesa de un cuento de hadas?
¿Dónde estabas, dime a qué jugabas?
Tu castillo era un bar de carretera
de tapas, de pinchitos, de vodka con limón.
Tu cabello cardado, tu tinte rubio
entre ceniceros sucios,
princesa de neón.
Tu mazmorra, un cuarto sin ventanas
por las que pudiera entrar el sol.
Allí a solas, solo te acompañan
un bidé, una toalla, un viejo colchón.
Si escuchabas abrirse la puerta,
distintos caballeros siempre la cruzaban,
pieles arrugadas, dentaduras postizas,
impotencias veladas, caricias de cartón.

¿Dónde estabas? ¿Dime a qué jugabas?
Tu castillo era un bar de carretera,
de tapas, de pinchitos, de vodka con limón.
Tu cabello cardado, tu tinte rubio
entre los ceniceros sucios,
princesa de neón.





Eufrasio Navarro Fernández



La Vida Es Libertad



¿Si se abrieran más ventanas de libertad
Correría el aire limpio ante mis ojos
en generosos ideales y tan carnal
como los deseos naturales en manojos?

Por la libertad, tan cautiva y sin piedad
destrozada, por el maltrato de lo diario
de un machismo, con amnesia y sin equidad,
ni cabeza, son zánganos de escapulario.

Al no pensar, que la violencia mata
y pregunto ¿Si la violencia empujara?
La libertad se encargará de ahondar en corazones
y vencer, a los malditos falsos oradores.

Por tanto, hablar de los amores con ira,
con palabras que engañan a la inocencia
de la que tienen potestad, de crear vida
con la libertad, de su cuerpo por excelencia.

A ti mujer, te busco en la igualdad,
es la igualdad, mi referencia,
y retoñar en cualquier tiempo de libertad
para dejar atrás, las peores experiencias.

Ahora, grito y grito una vez más
basta ya, de tanta violencia
grito, con la fuerza de la libertad,
hinchadas mis venas, por la demencia.

De ver, cualquier alarde de maltrato
a ti mujer, con extraordinaria complacencia
de culturas ordinarias, que parece un trato
de las leyes redactadas, con sus licencias.





Juan Orozco


Proclama De Una Joven De Doce Años



No quiebres el gorjeo de mi voz,
no destroces el tacto de mis alas,
no obstruyas gravemente mi vergel,
no azotes mis salitrosas nalgas
con tu fuerza impetuosa y loca
hasta espolvorear mi sangre,
hasta resquebrajarme el alma.
No rompas mi tronco y mis ramas
como un salvaje bruto y cruel.

No mancilles duramente mi selva,
no me conviertas en desierto estéril,
en un páramo desolado y triste,
en un roquedal yerto e inerme,
porque soy fértil cual la tierra
que nos sustenta con su aliento.

Mírame, lábrame en amores,
siembra con lucidez tu gesto amable
en este corazón vital y puro…
Extasía en mí, tus ternuras rumorosas,
que me sienta gozosa de tenerte
como amigo sincero y luminoso,
a edad propicia y lisonjera.

Quisiera ser mecida por el viento,
mojada por la lluvia mansa,
llegada la hora, a la sazón:
¡quiero sentirme libre y respetada!







Francisco Onieva



Palimpsesto
(Vértices, Visor, Madrid, 2016)


Una niña coloca las manos en la nieve.
La nieve lava el mundo
y escribirla es origen como ausencia.
Las huellas se endurecen con el frío.
Son parte de la nieve; son parte de la niña,
que aguanta la caída vertical
de pequeños hexágonos
irregulares.
Me mira y me sonríe.
Agacha la cabeza y se quita los guantes.
Extendidas las palmas, aprieta con más fuerza,
buscando la profunda exactitud
de lo que no se borra.
Disfruta de lo efímero.
Vivir es compartir un zeugma
y no emplear palabras connotadas.
Ella es el punto de regreso
a un universo anterior al lenguaje.






María Piña



De niña ultrajada a adolescente valiente  


No. No me duele nada, no quiero que toques ahí, decía.
Pero siempre hallaba la forma de convencerme, más que convencerme, tranquilizarme y engatusarme con regalos y caramelos, y yo cual niña, me distraía y olvidaba lo sucedido.
No lo comprendía, sólo sabía que, aunque decía que lo hacía por mi bien para ayudar a desvanecer el dolor de mi pierna porque me dolía por el crecimiento, yo, en mi pequeña y diminuta cabecita sólo tenía confusión.
Al pasar de los años, seguían sus tocamientos, cada vez más seguidos y fui comprendiendo que no me había hecho “pupa”, que sólo me utilizaba para satisfacer su necesidad de hombre varonil, macho, solo me tocaba, y año tras año me fue ultrajando, mi pobre, delgado e inocente cuerpecito que convirtió en mujer si apenas haber crecido.
Sin haber jugado lo suficiente con mis muñecas, sin manchar lo suficiente mis vestidos de verano, sin columpiarme lo suficiente en los parques infantiles, porque me arrebató la niñez, la inocencia de un solo tajo y sin medir, ni importarle los daños ni las consecuencias.
Yo no era la misma, no, de eso estaba segura, estaba harta de aquella asquerosa situación, que no podía, ni debía contar a nadie por miedo, porque si se enteraba alguien solo Dios sabría lo que pasaría, porque lo peor para mí, no era quizás el infierno vivido, sino que nadie me creería.
Pero un día, decidí hablar, se lo conté todo entre lágrimas a mi profesora de ciencias quien no sólo me escuchó y secó mis lágrimas al tiempo que lloraba conmigo, sino que me apoyó, me creyó, porque ella había pasado por lo mismo, porque no estaba dispuesta a permitir que más niñas como ella y como yo pasaran por esto. Así pues, me ayudó hablar, a denunciar, a levantar la voz, a levantar este grito por todas las niñas del mundo, porque no se merecen, no merecemos, que ni un familiar, ni nadie nos robe nuestra infancia, nuestra inocencia, nuestra libertad.
¡Este es mi grito y va por ellas!





María Pizarro


Restaveks 


Restaveks, restaveks…Las niñas tienen miedo
al fuego en la cocina, a los cuchillos que bailan
la danza de los esclavos.
Duermen     y comen junto al perro
en el suelo que se clava en su espalda de nubes,
y sus lágrimas se oyen igual que los ladridos.
Restaveks, restaveks…
Acarrean el agua, trapean todo el suelo,
limpian las letrinas. Agachan la cabeza,
dicen “sí mesié” y “oui madan”.
Niños que son domesticados
apenas han cumplido siete años.
Cada noche reciben la visita, que se mete
 en su cama. Una niña con miedo afila los cuchillos.
Una niña con miedo no juega a las casitas.




José Puerto



Os Denuncio, Mis Simpadres


¿Por qué vendiste a mi madre, sinabuelo,
sus seis años por cien dírhams al mes?
¿Por qué la lanzaste a la ceniza
de un cuento de carbón despiadado,
sin príncipe ni zapatos de cristal?
¿Por qué la entregaste como a un animal de carga
a la molicie de la carne de cañón?
¿Es que no la sentías carne de tu carne
no la respirabas aliento de tu aliento?

Mi madre era una perla angelical
feliz en la pobreza inocente de la aldea,
se conformaba con un vaso de té con hierba,
(ni buena ni mala, hierba de la que diera el tiempo)…
¿Por qué si ella brillaba como una antorcha
tuvo que malcrecer como  petite bonne
nutrida de golpes, de miradas y palabras infames
que sus entrañas infantiles no podían digerir…?
Sus amos la arrastraron como una babucha,
la aterrizaron en el desprecio y la desgracia,
borraron la chispa de sus ojos aterrados,
la enterraron viva en la tumba del miedo…

¿Por qué violaste a mi madre, mi simpadre,
porqué profanaste el cáliz de su flor virgen?
¿Qué dios sin diosa te creíste para hacerla tuya
y eyacularle dentro tu esperma pervertido?
Yo, vuestro hijo bastardo y miserable
clamo al cielo y os denuncio a voz en grito:
¡¿Por qué os alumbraron de un vientre de mujer
si solo fuisteis dignos de que os pariese una hiena?!

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Je Vous Denonce, Mes Sanspéres


¿Pourquoi tu as vendu ma mère, mon sansgrand-père,
ses six ans par cent dirhams le mois?
¿Pourquoi tu l’as jeté a la cendre
d'un histoire  de charbon sans pitié,
sans aucun prince ni souliers de verre?
¿Pourquoi tu l’as remis comme un animal de charge
a la mouture de la viande de canon?
¿Est ce que tu ne la sentais pas corps de ton corps
toi tu ne la respirais pas souffle de ton souffle?

Ma mère était une perle angélique
heureux à la pauvreté innocent du village,
elle se contentait avec un verre de thé avec de l'herbe,
(pas bonne pas mauvaise, a la fin l’herbe du temps) ...
¿Pourquoi si elle brillait comme une grande chandelle
fut obligé a  malgrandir comme une petite bonne
nourrie par des coups, des regards et paroles infâmes
que ses entrailles enfantiles ne pouvaient pas digérer...?
Ses maîtres l´ont traîné comme une babouche,
ils l’ont atterri dans le mépris et le malheur,
ils ont effacé l'étincelle de ses yeux terrifiés,
ils l’ont enterré en vie à la tombe de la peur…

Pourquoi toi tu as violé ma mère, mon sanspère,
pourquoi toi tu as profanée le calice de sa fleur vierge?
Quel dieu sans déesse tu t’as croit toi mêmme pour la faire tienne
et l’ éjaculer dedans ton sperme perverti?
Moi, votre fils bâtard et miserable
je crie vers le ciel et vous dénonce haut et fort:
¡¿Pourquoi vous fûtes enfantés d´un ventre de femme
si vous étiez dignes d'être mis bas d´ une hyène?!





Carlos Puya


Canción Para  Noa



DESPUÉS de tanto tiempo,
al fin estás aquí,
mi niña de ojos brillantes.
Y ahora no sé cómo explicarte
el miedo que puede llegar
a sentir un padre.

Miedo a que tengas miedo de andar
sola por la noche.
Miedo a que algún día alguien te calle.
Miedo a que luches más
por llegar al mismo lugar
donde ellos llegan antes.

No te centres, mi vida,
 en ser la más guapa.
Eso nunca fue lo más importante.
Ten siempre presente, mi niña,
que no tienes por qué ser la mitad de nadie.

Perdónanos por traerte a un mundo roto,
Donde hay tanto que hacer.
Aún quedan cambios indispensables.
Tienes todo el derecho de ser libre,
el derecho a ser mujer,
en este mundo de gigantes.


Que tu grito de mujer
sea un canto de libertad.
Y ama a quien quieras amar,
que a nadie ha de importarle.


Tu padre se rasgará la voz
las veces que haga falta,
porque tu mundo avance.
Tu padre se rasgará la voz
por luchar
para que siendo mujer
nunca seas menos que nadie.
Grito de felicidad.





 Isabel Rezmo


Mirar


Veo el mundo como una olla insalvable de ingredientes que operan a la espalda de la
coherencia. ( HABITO )


YO MIRABA la inocencia.
Miraba a los  ojos.
Yo miraba al corazón.
Miraba a esa niña.
Yo miraba mi calma.
Miraba las noticias.
Yo miraba intransigente.
 Miraba el mundo.
Yo miraba la risa,
Y no tenía risa, ni llanto.
Miraba,  buscaba,
juegos, un cuento,
la canción,
no hallaba alegría.
Yo miraba.
Miraba la tristeza,
miraba y miraba
sin ver nada.
Miraba su carita,
Miraba su miedo,
Miraba, miraba la clemencia,
Y no hallaba retiro.
No hallaba manera,
Hallaba súplica.
Hallaba grito.                                                





Conchi Ruiz



Unamos Nuestro Verbo 



Ya no quiero ni puedo alimentar el desaliento.

Quiero hoy arrojar un grito de libertad al viento.

Un ¡basta ya!,

a la violencia,

a la oscuridad,

al desposeimiento de nuestro ser.

Tomemos las riendas de nuestra contienda, las de todos.

Para ver florecer las almas sin violencia.

Ya no quiero mancharme con la sangre por la indiferencia.

Usemos la palabra, la inteligencia.

Construyamos un espacio en que no quepa el oprobio por ser diferente.

Creemos un lugar donde confluir en armonía

porque todo ser es digno de respeto

y de no claudicar en su empeño.






Almudena Tarancón



Tierra    Aire   Agua    Fuego


... Y dice mi madre que soy una simple, que sólo pienso en jugar y reír
El sí de las niñas
Leandro Fernández de Moratín


Vienen por las niñas bonitas que no pagan dinero
Vienen por pequeños soles de encendidos silencios
Vienen por mariposas de alas tronzadas

Son sus gritos
síes y noes
pompas de jabón

Niñas de piel de canela y ojos de miel
cantan a su libertad robada
madres y padres oyen y vuelven la cara y fingen
y bajo sus pies             amapolas
ausentes
Niña
allá donde estés
no olvides tus fuerzas
no olvides que eres
Tierra      Aire      Agua      Fuego   





Ana Vega Burgos


Así Te Quiero
 (A mi hija Anais)


Blanca. Te quiero blanca.
Blanca y al viento, igual que una bandera.
Te quiero azul en la mañana fría
 y verde en primavera.
Te quiero púrpura, y amarilla, y negra,
 y roja como un campo de amapolas.

Te quiero a cuadros y te quiero a rayas,
 a lunares y al sesgo.

Te quiero tal y como tú te quieras,
y aunque tú te desprecies, yo te quiero.


Te quiero así vestida:
hípster, poligonera,
                                 pija, hippie, moderna…
Entre gasas de sol o envuelta en luna.

                                     Y te quiero desnuda.

Te quiero virgen, casta, enamorada.

Te quiero  monja, o viuda.

Te quiero niña escondida y asustada.

                                              Te quiero puta.

Te quiero triste, alegre,
inteligente, tonta, equivocada.





F. J. Vera



Por Todas Las Niñas



TENEMOS motivos, tenemos razones;
También hay absurdas y crueles tradiciones.

Tenemos el grito, tenemos el miedo;
Tenemos las manos manchadas de silencio

Tenemos abusos, trabajos forzosos,
violaciones, violencia, opresión, acoso.

Tenemos a ciento veinte  millones
de niñas condenadas
a epidemias de horrores

Tenemos fuerza, tenemos dignidad,
si me empodero, nadie me parará.
Tenemos nuestro grito de libertad,
por todas las niñas del mundo,
por toda la humanidad.

Y es el momento de empezar a cambiar
el siglo XXI más medieval.

Sabemos el camino,
rompamos las cadenas,
mi voz es tu destino
y es la hora de gritar.

Y si me das una pizca de cielo,
te daré un mundo entero para poder pintar.
No hay que aguantar, no naciste para eso;
Que escuchen los gobiernos, que es la hora de luchar…

¡Por todas las niñas
(Por una educación por la igualdad)
Por todas las niñas
(Que viven sin derecho a disfrutar)
Por todas las niñas
(Por los abusos con impunidad)
Por todas las niñas
(Por la epidemia de la barbaridad)!

Aprender, liderar y decidir;
ser una sola voz; soñar y realizar.
Emprender: alentar a construir,
amarse de valor y seguir.






Iván Vergara García



ALGO CORRIENTE, como de ligereza, tiene esa mujer: llena las grietas de la calle con las miradas que le acechan; algo de urbe, de rascacielos, posee el ademán de la mañana, amargo como la lluvia y su paso por la piel; abastece al subterráneo de deseo, el que inundado gravita en la tierra donde todos flotan.

Lleva en sus aguas objetos perdidos: las llaves de los ritos, los lentes de la miseria, la rueda que avanza de espaldas, cierto orgullo de chaqueta y corbata, un ojo de venado, una hoguera albina, un océano sin reflejo.

Pasa la alta gama por la acera de enfrente y le miran con desprecio: ‘esa mujer agota mi habla, asfixia la línea con la que trazo la urbe, me enajena con la tos roja, cierta pertinencia a ras de suelo’.

Algún día tomará sus riendas, vestirá con luz el traje amarillo con el que vino al mundo, apagará el deseo: será él.

La veo desde este rincón, ahora que ha doblado la esquina cantando como las abejas; ella sol rojo, yo tierra hundida.

Pasa y hasta las palabras nos supieron a tan poco, ahí donde el espejismo de una mañana no tiene resaca. Sabía que escaparía, que doblaría la calle junto al vértigo; toda ella es una alegría, se ha colado hasta las raíces, ahora caen sus recuerdos con los naranjos, seca su tristeza bajo el sol, olvida su rito con la tierra y el amanecer de lodo hermoso.

Un universo dúctil, corriente como ella, se aleja al lugar donde convergirán hasta el lugar donde muten en tinta negra y escriban con su cuerpo todos los puntos finales, todas las distancias, todo el deseo que se nos escapa, que no atina.

Viste de amarillo, pero ella lo que realmente quiere decir, es cosmos.



           
Laura Villanueva Guerrero

           
Vietnamita dulzura


Tu boca pequeña,
- vietnamita dulzura -
fragancia de soles,
movimiento de luna,
rosa que me alcanza
la espalda y me derrumba

y me derrumbas.

Beso estrecho y sin trampas.

Criatura nacida
en tierra de nuevo atlas,
mundo de fantasía.

Universo en la hoja,
arcoiris de travesía.

Tu beso es un suspiro
por el que doy, cada noche,
mi canjeable vida.




Mabel Zaves


En Algún Rincón Del Mundo 


Soy una niña y ya ni grito ni lloro
porque estoy en un rincón del mundo
donde nadie escucha mi grito,
donde nadie escucha mi llanto,
en este rincón del mundo
sobrevivo sin saber cómo,
aquí la comida escasea
y vivo privada de la voz,
acepto la sinrazón
hasta dejar de ser yo,
hasta no reconocerme,
hasta no saber quién soy…
Esta mañana
me sorprende mi primer sangrado
y me desplomo en el suelo,
ahora soy vendible
porque soy una propiedad
y nací sin futuro,
sólo cambio de propietario,
mi mejor futuro
será dejarme hacer
hasta dejar de ser
si tú no me ayudas con tu grito
y con tu llanto,
que es el grito
y que es el llanto
de todas las niñas,
de todas las mujeres del mundo.

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